La ilusión del ahorro de tiempo: cuándo la tecnología nos aleja de lo esencial
Si algo podemos aprender de las dos últimas décadas, es que no estamos reinvirtiendo con con mucho éxito el tiempo y los recursos que se supone que la tecnología nos permite ahorrar.
Una de las grandes promesas detrás de una multitud de servicios digitales ha sido ganar tiempo: ya no hace falta desplazarse para reunirse en persona, salir a hacer la compra, ir al banco, o incluso, votar.
La lógica del “one-click buy” se ha extendido a muchas áreas de nuestra vida.
Pero entonces, ¿por qué, según varias encuestas, la gente percibe que les falta más tiempo que nunca? En EE. UU., se habla incluso de “time-poverty” para describir a una creciente franja de la población que no tiene tiempo para nada.
Una de las explicaciones tiene que ver con el hecho que la propia tecnología digital, al mismo tiempo que nos permite ahorrar tiempo, nos sumerge en un entorno hiperacelerado y nos invita a reinvertir este tiempo en distracciones, alejándonos de lo esencial.
Ahora la IA conlleva una nueva promesa: liberarnos de tareas repetitivas o supuestamente de bajo valor añadido como redactar un correo, resumir un texto, contestar a solicitudes, organizarnos la agenda, etc.
La idea es que nos podamos enfocar en “lo importante” – en ese trabajo de alto valor añadido, que esté a la altura de las capacidades del cerebro humano.
Pero ¿de verdad funcionamos de esta manera?
Delegando estas “pequeñeces” del día a día podríamos no solo estar perdiendo el control sino también obviando oportunidades de ejercer las facultades necesarias para conseguir cosas más grandes.
¿Se podría correr una maratón sin ni siquiera caminar del dormitorio al salón?
¿Se puede llegar a ser un gran matemático sin haber adquirido unas bases de aritmética a través de situaciones cotidianas?
Si no aprovechas oportunidades naturales en tu día a día para ejercitar tus músculos, quizás no tenga sentido ir al gimnasio para levantar pesas.
La comodidad y la inmediatez que nos brinda la IA son muy atractivas en el momento. Pero, ¿cuál es el objetivo final?
Es imposible negar las ventajas de que una IA te resuma un largo libro en una página. Pero al margen de que te pierdas muchos matices y la profundidad que supone entrar en un texto largo, podría resultar una falacia creerse que ahorrarnos el camino para alcanzar un objetivo te va a provocar la misma satisfacción.
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